En tiempos de crisis económica es cuando generalmente se producen las revoluciones sociales y culturales. Bien es verdad que, a menudo, los desequilibrios producidos por estas crisis han traído aparejadas guerras. No parece ser este el caso, aunque sí que se puede estar produciendo otro tipo de guerras. Me refiero a la lucha por la hegemonía en el ámbito económico y financiero mundial, así como a los cambios en las tendencias y las nuevas pautas de conducta sociales.
En el ámbito de los movimientos sociales, las nuevas tecnologías, y en mayor medida internet, están jugando un papel determinante. Nos encontramos en un periodo económico de vacas flacas a escala global en el que las administraciones nacionales e internacionales promueven y facilitan otras formas de comercio y transacción económica diferentes a las tradicionales. En este sentido, la Vanguardia publicó el pasado 8 de octubre un artículo en el que se manifestaba que Europa recomienda comprar en la red para sortear la crisis. Pretende así fomentar el comercio electrónico transfronterizo mediante el reforzamiento de las garantías contractuales del consumidor.
También en España se está produciendo un fenómeno semejante. El Instituto Nacional de Estadísitca (INE) así lo pone de manifiesto en su encuesta del 15 de Octubre donde se informa de que la compra de bienes y servicios a través del comercio electrónico registra un crecimiento interanual del 28,3%. La venta on-line por su parte experimenta un crecimiento interanual del volumen de negocio del 11,1%.
La crisis económica está contribuyendo a fomentar de forma decisiva el comercio electrónico en nuestro país. Pero existen además otros factores que también están aunando esfuerzos en este sentido. El acercamiento de la administración electrónica a los distintos sectores sociales y la concesión de ayudas sin intereses ni comisiones a pymes, profesionales autónomos y particulares para el fomento del uso de las TIC (plan AVANZA, Instituto de Crédito Oficial-ICO) es uno de estos factores. Por otra parte, otro factor, con tanto o más peso que el anterior, es el relativo a la facilidad, sencillez y abaratamiento de precios y costes de inversión en las compras y ventas por internet que las nuevas plataformas de comercio electrónico aportan y aportarán en un futuro próximo a ciudadanos y empresas.
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